viernes, 30 de agosto de 2013
Manchester United 0-0 Chelsea
Old Trafford recibía el primer gran encuentro de la Premier League en la segunda jornada del campeonato, con un Manchester United - Chelsea que se presentaba como un espectáculo con dos escuadras que aspiran al título de liga. Pero nada más lejos de la realidad, ambos conjuntos nos dejaron un primer tiempo para olvidar. Cuarenta y cinco minutos soporíferos en los que la mejor ocasión fue un disparo de Robin Van Persie que se estrelló en el lateral de la red.
Los hombres de Mourinho salían con un tridente con más calidad técnica que puntas puros, con Hazard, De Bruyne y Schürrle en la línea atacante, y Óscar, el mejor de la primera parte, llegando con fuerza desde atrás. El United salía con su pareja de gala, Rooney y Robin Van Persie. Entre ambos condujeron las pocas llegadas de los hombres de Moyes, sobre todo de las botas del holandés, que tuvo la mejor en una jugada individual en el costado izquierdo del área que acabo con un disparo fortísimo al lateral de la portería comandada por Petr Cech.
El segundo tiempo comenzó con algo más de intensidad por parte del Manchester, que buscó con más ahinco la meta de Petr Cech y, con la pareja Rooney - Van Persie, llevaron el mayor peligro de los hombres de Moyes. La salida al campo de Ashley Young dio un aire diferente al United, con más presencia en banda y centros que pusieron en apuros a la defensa Blue.
Mourinho, viendo que Fernando Torres sigue sin estar a la altura, decidió ir a amarrar el empate, y sacó al terreno de juego a Obi Mikel por Schürrle, cambio defensivo viendo que el equipo estaba haciendo aguas en la línea atacante. Al final, reparto de puntos en un partido sin ocasiones, sin intensidad, solo con el cartel de partido grande, pero que decepcionó en todas sus facetas.
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