El Chelsea ha llegado a un acuerdo para firmar a la estrella de 16 años del Barcelona, Josimar Quintero, al final de la temporada.
El centrocampista ecuatoriano ya ha comunicado al club español que no va a aceptar su oferta de contrato como profesional, lo que le permitirá desplazarse a Stamford Bridge este mismo verano.
Josimar, un creador rápido y que crea oportunidades tanto en posiciones centrales o por banda, se une al defensor Julio Pleguezuelo en este último éxodo de jóvenes talentos del Barcelona.
Pleguezuelo, un jugador que parece creado con el mismo molde que Carles Puyol, según ha dicho el personal de Barcelona, se marcha al Arsenal en verano, mientras que el delantero de 16 años, Sergi Caños está recibiendo ofertas atractivas de los equipos ingleses.
Caños, uno de los tres jugadores del Barça convocados por España para un torneo internacional con Francia, Italia y la República Checa, este mes, ha sido tentado por el Liverpool y el Tottenham. Como Josimar y Pleguezuelo, el delantero ha dejado claro a sus pretendientes ingleses que si los términos financieros son significativamente superiores a los que ofrecen en el Camp Nou podrían convencerlo para moverse al extranjero.
Al ser sus primeros contratos como profesionales, ofrece una posibilidad para la Premier League y tomar ventaja del internacionalmente admirado programa de cantera del Barcelona. Las normas de la FIFA impiden que menores de 16 años se muevan al extranjero, excepto en circunstancias especiales, pero también que las canteras firmen a sus mejores perlas con contratos profesionales a largo plazo hasta que no hayan alcanzado esa edad.
En caso de que un club de otra liga europea desee hacerles una oferta alternativa a los chavales de 16 años, sólo deben pagar al club de origen la indemnización por formación obligatoria FIFA en lugar de una tasa de transferencia al uso. La suma máxima prevista para un jugador que ha pasado cuatro años en un club de "categoría 1" como el Barcelona es de 360.000 euros.
El llamado “scouting” u ojeadores están a la caza furtiva de jóvenes del Barcelona, siendo los menores de 16 años los que se ha convertido en objetivo estándar de los clubes más ricos de la Premier League. Arsenal consiguió a Cesc Fábregas en 2003, rápidamente convirtiéndolo en un titular regular y eventualmente convirtiéndose en su capitán antes de devolverlo al Camp Nou ocho años después mucho más caro. Gerard Piqué se unió al Manchester United en 2004, regresando a Barcelona cuatro temporadas después teniendo que pagar un traspaso más suculento.
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