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Fernando Torres parecía más triste que de costumbre al recorrer, visiblemente incómodo, los pasillos del Estadio Internacional de Yokohama. David Luiz tenía los ojos hinchados y enrojecidos, abatido por el dolor de la derrota en la final de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA ante el Corinthians, su equipo de la infancia en Brasil. La mirada del corpulento defensa serbio Branislav Ivanovic mostraba enfado y confusión a la vez, y ningún periodista se atrevió a pararlo para pedirle declaraciones.
“Hemos tenido ocasiones”, dijo Victor Moses a FIFA.com, con los cánticos de miles de exultantes hinchas del Corinthians como lejano sonido de fondo. “Pero ha sido uno de esos partidos en los que el guardameta contrario tiene su noche”.
Moses, que figuró en el once inicial para aportar algo más de fuerza y ritmo en ataque al equipo de Rafa Benítez, dispuso de una de las mejores oportunidades de marcar del Chelsea FC. En los últimos compases de la primera parte, irrumpió entre la retaguardia brasileña y envió un peligroso balón con efecto hacia la escuadra. Para su sorpresa, el guardameta del Corinthians, Cássio, se estiró como un gato y logró despejarlo. “Ya estaba a punto de celebrar el gol”, confesó el internacional nigeriano. “Él [Cássio] los mantuvo en el partido esta noche, pero así es el fútbol, hay que seguir adelante”.
El próximo compromiso del Chelsea será este miércoles, un choque de la Copa de la Liga frente al Leeds, antes de regresar a la Premier League el 23 de diciembre, contra el Aston Villa. Moses está convencido de que el equipo no acusará su participación en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA. “Somos futbolistas profesionales, al fin y al cabo”, señaló, mientras los victoriosos jugadores del Corinthians pasaban en fila detrás de él. “Volveremos a estar como debemos en el plano psicológico. Hoy hemos tenido un mal día, las cosas no nos han salido bien. Vamos a superarlo”.
Al incombustible brasileño Ramires, que realizó un impresionante despliegue físico en el mediocampo del Chelsea, le sorprendió el resultado. “Es complicado”, reflexionó para FIFA.com. “Estábamos jugando bien, y creciendo como equipo. No esperábamos perder, pero el fútbol es así. Si tuviésemos que ganar todos nuestros partidos, seríamos campeones de todo. Pero hoy hemos perdido”.
“Creo que esta derrota debe servirnos de lección, y ayudarnos”, añadió, intentando quedarse con el aspecto positivo. “Es una oportunidad perfecta para que reaccionemos y demostremos que somos fuertes. La Premier League no está decidida. También tenemos la Europa League. No podemos quejarnos por lo que ha ocurrido. Si lo hacemos, seguiremos perdiendo hasta el final de la temporada”.
David Luiz, elegido segundo mejor jugador del torneo celebrado en Japón, estaba desconcertado, sin el optimismo de su compatriota. “El partido se decidió por detalles”, explicó, antes de añadir, al preguntársele por sus lágrimas cuando sonó el pitido final: “Soy un jugador que tiene ambición, orgullo y personalidad. Si me preguntan si me gusta perder, contestaré que no. Tengo corazón, emoción, eso es lo que ha ocurrido. Me he sentido abrumado”.
La fiesta del Corinthians probablemente se prolongue hasta altas horas de la madrugada, pero el Chelsea, que estuvo a pocos centímetros de proclamarse por primera vez campeón del mundo, deberá hacerse algunas preguntas y reordenar sus prioridades.
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