La Premier League 2013/2014 se presenta, como cada año, apasionante. Con Arsenal siendo la eterna incógnita, Manchester United empezando una nueva era, Manchester City apostando por el toque de Pellegrini, Tottenham con la idea de colarse entre los mejores…
¿Y Chelsea? Siempre favorito, o al menos aspirante, intentará recuperar su sitio en una competición en la que es básica la regularidad, justo lo que le ha faltado al cuadro londinense en las últimas temporadas. Temible en eliminatorias, se volvía vulgar en un torneo largo como la Premier. Pero todo debe cambiar José Mourinho.
El ex entrenador del Real Madrid ya sabe lo que es conquistar el título en Inglaterra. Con él veremos un Chelsea más sólido y compacto que en temporadas anteriores. Quizás no tenga mejor plantilla que el Manchester City o una trayectoria firme como el Manchester United, pero sí cuenta con un equipo en el que Mourinho ha sabido mezclar juventud con veteranía y talento con músculo.
Tal y como hizo en España, la clave es convertir su estadio en un fortín. Stamford Bridge debe ser inexpugnable para los rivales. Veremos un Chelsea vertical, descarado y atrevido en casa, siendo más táctico, serio y agresivo fuera.
La vieja guardia liderará un equipo con hambre y muy motivado. Cech, Branislav Ivanovic, Ashley Cole y Frank Lampard formarán parte de la columna vertebral junto a los Hazard, Óscar y compañía. Y en ataque, multitud de posibilidades con Demba Ba, Lukaku y Fernando Torres. Además, Schürrle aparece como la apuesta de Mourinho de cara a las próximas campañas. Polivalente y desequilibrante, el alemán podría ser una de las revelaciones de la Premier League a sus 22 años.
Así las cosas, debemos esperar la mejor versión de un Chelsea que vuelve a armarse con el colectivo por bandera, dejando a un lado la suma de individualidades. El equipo será siempre más importante que la persona, algo básico para que todos remen hacia un objetivo común, que no es otro que el de volver aganar un título de liga que sólo han levantado una vez en los últimos siete años.
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