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viernes, 25 de abril de 2014

Semifinales Champions League - Atlético de Madrid 0-0 Chelsea



En el partido más importante en la historia del Atlético en la era digital, los rojiblancos se toparon con José Mourinho, el técnico ante el que cosecharon uno de sus mayores logros ganando en la final de Copa del Rey del Santigo Bernabéu del año pasado. Y si por algo se caracteriza el entrenador de Setúbal es por aprender de los errores y, sobre todo, por preparar los partidos como lo que es. Único

Hasta diez futbolistas –contando a Mark Schwarzer pues tuvo que reemplazar en el minuto 18 al lesionado Petr Cech– por detrás del balón formando un entramado industrial más típico de la época victoriana que de las redes sociales actuales fue la apuesta de Mourinho en el Calderón.  De esta manera, el conjunto blue dejó al Atlético la iniciativa del juego –en la primera mitad los rojiblancos lograron su mejor registro de posesión en un partido de esta Liga de Campeones (68%)– y tapando cualquier atisbo de balón peligroso a Diego Costa cortocircuitó el engranaje futbolístico del conjunto rojiblanco.


Aún así, el Atlético no es de los equipo que se rinden e intentó hacerdaño al Chelsea por las bandas, únicos resquicios posibles que los jugadores de Simeone vislumbraban algo de luz, sobre todo, por la de Filipe Luís. El lateral brasileño –posiblemente el mejor del mundo en la actualidad– lo intentó una y otra vez, siempre en combinaciones con un Koke al que también Mou le puso perro guardián, en este caso, nuestro Azpilicueta.

De esta manera, la primera parte se caracterizó por continuas faltas en esa zona del terreno de juego aburrida pero crucial. Así fueron pasando los minutos sin que ninguno de los dos equipos realizara ni un solo remate. Tuvo que ser en el minuto 45 cuando Diego Ribas, el jugador más espabilado de los 22, la pegó con su zurda pero atrapó fácilmente el guardameta australiano del Chelsea.

La segunda parte comenzó igual y no fue hasta la entrada de Arda Turan cuando el partido hizo un amago de revolución. El mediapunta turco, con mucha movilidad, era el arma de Simeone paraintentar tumbar las hordas impuestas por Mou en el centro del campo. Pero ni con la magia del turco pudo el Atletico. A los rojiblancos les costaban un universo llevar el balón al área inglesa y solo mediante centros al área lo lograron –38 centros al área por solamente uno del Chelsea–. Pero no era suficiente pues siempre la dupla de centrales blue se impuso por arriba.

El Chelsea, por su parte, se encomendó a la velocidad y entrega de su máximo exponente ofensivo en el Calderón, el ídolo rojiblanco Fernando Torres. Incluso la táctica de Mou, sempiterna y digna de cualquier obra de ingeniería futbolística de alta tecnología –balonazo en largo y currátelo– pudo costar algún susto a la parroquia rojiblanca.


En definitiva, empate sin goles que deja la eliminatoria abierta para el partido de Stamford Bridge y que demuestra dos cosas. Mourinho y el Atlético son únicos.

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