David Luiz como titular en la posición de mediocentro (donde ya le había puesto Rafa Benítez en el Mundial de Clubes) y la titularidad número 500 de Frank Lampard en la Premier League marcaron el comienzo del encuentro.
El equipo local, el Chelsea, salía con Cech; Ivanovic, Cahill, Cole, Azpilicueta, David Luiz, Lampard, Mata, Hazard, Moses y Torres, mientras que el 4-5-1 del Aston Villa estaba formado por Guzan, Lowton, Baker, Clark, Lichaj, Holman, Westwood, Bannan, Herd, Weimann, Benteke.
El equipo local, el Chelsea, salía con Cech; Ivanovic, Cahill, Cole, Azpilicueta, David Luiz, Lampard, Mata, Hazard, Moses y Torres, mientras que el 4-5-1 del Aston Villa estaba formado por Guzan, Lowton, Baker, Clark, Lichaj, Holman, Westwood, Bannan, Herd, Weimann, Benteke.
Y las cosas no pudieron empezar mejor para los blues, a los tres minutos, jugada española: una buena internada de Azpilicueta por banda derecha la mandaba al fondo de la red Fernando Torres con un buen remate de cabeza.
Ayudado por la ventaja en el marcador, la superioridad de los londinenses se hizo patente, especialmente por sus dos puñales en banda derecha: Azpilicueta y Moses. Y el 2-0 podría haber subido al marcador si el colegiado hubiera sancionado un penalti más que claro sobre Fernando Torres, cuando Baker, el prometedor defensa inglés de 21 años, se colgó sobre sus hombros con ambas manos tras un centro de Cole.
Pero a la media hora de encuentro sí hizo justicia el marcador con lo que se estaba viendo hasta el momento. Una falta provocada por Hazard en la frontal del área 'villana' la convertía David Luiz en gol tras un magistral golpeo 'folha-seca' ante el que Guzan no pudo hacer nada.
Ivanovic continuaba la fiesta 'blue' en el minuto 35, poniendo el 3-0 en el marcador de cabeza tras un rechace en el área pequeña a la salida de un córner. Petr Cech, totalmente desapercibido en la primera parte, cerraba los puños de alegría.
Tanta era la parsimonia de los de Rafa Benítez en la segunda parte que estaban más preocupados de hacer filigranas que de ampliar el resultado: una rabona de Torres en el área, un sombrero de Moses, pases continuos entre Hazard y Mata...
Pero como consecuencia de lo anterior, el cuarto gol terminó llegando,dos minutos después de que anulasen un gol a Torres por fuera de juego. Frank Lampard, con un disparo colocado desde fuera del área, celebraba de esta manera sus 500 partidos. Poco después, se ganaba la enorme ovación de Stamford Bridge y dejaba paso a Ramires.
Mata y Fernando Torres, tras espectaculares ovaciones, dejaron paso a Lucas Piazón y Ramires. Entre los dos se combinaron para marcar el quinto gol del encuentro. Un buen pase de Piazón para que el extremo definiera entre las piernas de Guzan.
A falta de diez minutos Oscar provocó un penalti que transformó él mismo para sumar su primer gol en la Premier League, y a falta de cinco combinó con Eden Hazard para que el belga, tras un majestuoso regate en el área, la cruzase a la escuadra contraria.
Por si fuera poco, se podría añadir el dramatismo de que el Chelsea falló un penalti en el minuto 88. Lo provocó Oscar y se lo dejó tirar al cuarto brasileño del equipo, Lucas Piazon, que erró su lanzamiento tras una espléndida parada de Guzan. Hubiera sido el cuarto brasileño en marcar en el encuentro. Curiosamente, el mejor de los visitantes fue el portero, que evitó una goleada histórica.
Ya en el 90, Ramires clavaba en la escuadra un disparo desde la frontal y ponía el 8-0 en el luminoso. Espectacular la pegada de los 'blues', que cogen aire y demuestran su poderío ofensivo.
Ayudado por la ventaja en el marcador, la superioridad de los londinenses se hizo patente, especialmente por sus dos puñales en banda derecha: Azpilicueta y Moses. Y el 2-0 podría haber subido al marcador si el colegiado hubiera sancionado un penalti más que claro sobre Fernando Torres, cuando Baker, el prometedor defensa inglés de 21 años, se colgó sobre sus hombros con ambas manos tras un centro de Cole.
Pero a la media hora de encuentro sí hizo justicia el marcador con lo que se estaba viendo hasta el momento. Una falta provocada por Hazard en la frontal del área 'villana' la convertía David Luiz en gol tras un magistral golpeo 'folha-seca' ante el que Guzan no pudo hacer nada.
Ivanovic continuaba la fiesta 'blue' en el minuto 35, poniendo el 3-0 en el marcador de cabeza tras un rechace en el área pequeña a la salida de un córner. Petr Cech, totalmente desapercibido en la primera parte, cerraba los puños de alegría.
Tanta era la parsimonia de los de Rafa Benítez en la segunda parte que estaban más preocupados de hacer filigranas que de ampliar el resultado: una rabona de Torres en el área, un sombrero de Moses, pases continuos entre Hazard y Mata...
Pero como consecuencia de lo anterior, el cuarto gol terminó llegando,dos minutos después de que anulasen un gol a Torres por fuera de juego. Frank Lampard, con un disparo colocado desde fuera del área, celebraba de esta manera sus 500 partidos. Poco después, se ganaba la enorme ovación de Stamford Bridge y dejaba paso a Ramires.
Mata y Fernando Torres, tras espectaculares ovaciones, dejaron paso a Lucas Piazón y Ramires. Entre los dos se combinaron para marcar el quinto gol del encuentro. Un buen pase de Piazón para que el extremo definiera entre las piernas de Guzan.
A falta de diez minutos Oscar provocó un penalti que transformó él mismo para sumar su primer gol en la Premier League, y a falta de cinco combinó con Eden Hazard para que el belga, tras un majestuoso regate en el área, la cruzase a la escuadra contraria.
Por si fuera poco, se podría añadir el dramatismo de que el Chelsea falló un penalti en el minuto 88. Lo provocó Oscar y se lo dejó tirar al cuarto brasileño del equipo, Lucas Piazon, que erró su lanzamiento tras una espléndida parada de Guzan. Hubiera sido el cuarto brasileño en marcar en el encuentro. Curiosamente, el mejor de los visitantes fue el portero, que evitó una goleada histórica.
Ya en el 90, Ramires clavaba en la escuadra un disparo desde la frontal y ponía el 8-0 en el luminoso. Espectacular la pegada de los 'blues', que cogen aire y demuestran su poderío ofensivo.
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